¿Cuántas veces estamos más pendientes de la vida de los demás que de la nuestra?

Quizá sea por añoranza de algo que tuvimos y lo dejamos marchar, o  tal vez porque vemos en los demás algo que nos gustaría tener.

La cuestión es que si nuestro enfoque estuviera en nosotros mismos, en nuestros proyectos y metas, estaríamos disfrutando de nuestro camino sin pensar en el de los demás.

Lo importante no es la meta, sino el camino que te lleva hasta ella.

Vive tu vida, disfrútala, siéntela y olvídate de la de los demás.

Cada uno somos creadores de nuestro destino.

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